martes, 31 de mayo de 2011

Vacaciones, Halloween, viajes, cumpleaños y primeros exámenes.

Creo que el título contiene bastantes acontecimientos difíciles de sintetizar y resumir, ya que para cada uno de ellos, dedicaría una mención especial, pero trataré de contarlo todo resumido.

En Francia, en la última semana de Octubre, que enlaza con la primera de Noviembre, hay vacaciones para casi todo el mundo. Aquí la llaman las vacaciones de "todos los santos" que, precisamente, coincide con dicha festividad el día 1 de Noviembre. En dicha semana, muchos de los que estaban aquí, volvieron a España de vacaciones, a mi se me antojaba demasiado pronto para regresar, y veía demasiado cerca la navidad, por lo que preferí quedarme, aunque tuve la suerte de que vinieran a visitarme. De esta forma, reservé unos días para visitar al detalle Lyon y, la capital de los sueños, París.

En esta semana, las intensas manifestaciones no dieron tregua. La huelga general de Francia, seguía en pleno apogeo y, ésto, influyó en mis planes. Los trenes funcionaban a cuenta gotas, no existían horarios y adquirir un billete no te proporcionaba la seguridad de conseguir llegar a tu destino deseado, ya que ello se convirtió en una auténtica lotería a capricho del personal de la "Gare SNCF", conocido en España, como RENFE. Por ello, el plan de llegar a París un lunes por la mañana, aprovechando el día, y volvernos dos días más tarde, habiendo disfrutado de casi 3 días en la capital, se convirtió en una angustia hasta el último momento, aunque al final, conseguimos llegar el mismo día que teníamos previsto, pero por la noche, y después de esperar en las estaciones de Saint-Etienne y Lyon y de defenderme con el poco nivel de francés que en aquellos momentos poseía, ayudado con un poco de inglés.



Con ello, fueron dos días intensos los que pudimos aprovechar, sin dar tregua ni descanso a las piernas. Un día, en la ciudad de Disney, y otro para la ciudad del amor. Como si de un flash de diapositivas se tratase, así pudimos "saborear" y disfrutar de una ciudad que te deja boquiabierto a cada paso que das.


A la vuelta, aun nos quedaba Lyon, que si bien, está claro que no es comparable a la primera ciudad francesa, está considerada como una ciudad "Patrimonio de la Humanidad" por la Unesco, es muy bonita y posee, además, un ambiente bohemio muy entrañable.
Entre tanto, en Saint-Etienne disfrutamos de una auténtica fiesta irlandesa, en el pub sede de esta Erasmus, "Dirty Old Town", junto al resto de estudiantes, incluidos los propios irlandeses, y disfrazados con motivo de Halloween. Para ello, no dudé en ingeniármelas para ir acorde con la situación. Compramos unas camisetas que pintamos con pintura roja y polvos de talco para la cabeza, y con eso nos bastamos para sembrar unas cuantas risas entre la gente.

Tras la semana de vacaciones, empecé a enfrentarme a aquello que tan lejano veía y que, sin duda, daba más miedo que nuestros disfraces en la fiesta: los primero exámenes. Además, en una de las asignaturas, tuve que realizar una exposición en francés, delante de toda la clase, un reto que superé y que nunca olvidaré, ya que no he estado tan nerviosa nunca.
Lo que ahora se me antojaba lejano, era esa semana de vacaciones y, por supuesto, las próximas en navidad. Parecía que nunca antes me hubiera examinado, como si fuera la primera vez, inundada en inseguridad e incertidumbre y con mucho miedo. Pero, una vez que pasa todo eso, la sensación de libertad era inexplicable.

Durante ese mes, además, se sucedieron numerosas fiestas de cumpleaños. La "rutina" de todos ellos, era la de organizar una fiesta en alguna casa, o en el gimnasio de la residencia Littre, y comprar regalos sorpresa entre el resto de la gente. De esta manera, ya casi parecíamos la familia unida para la causa, precisamente, sustituyendo ese cierto vacía que podía suponer el cumplir años lejos de tu casa.