viernes, 18 de marzo de 2011

Las primeras reseñas del cambio


Ya ha pasado un mes y medio. Todo ha transcurrido como en un abrir y cerrar de ojos. El balance no podría decir que hubiera sido muy positivo, pero nadie empieza nada sabiendo. Lo más duro ya está atrás, he comprendido que las horas y los días que, al igual que muchos, he gastado llorando o pensando en el porqué de estar en este sitio, no valen la pena. Soy consciente de la suerte que supone el tener la oportunidad de aprovechar esto en mi vida y eso es motivo suficiente para coger oxígeno, olvidar este mes y medio y ponerse las pilas para volver a empezar.
Resulta que no todo lo malo era tan malo, para empezar, en esta ciudad existe una asociación llamada Sava, dedicada, precisamente, a la integración de los estudiantes extranjeros así como, para la organización de fiestas y eventos destinados a compartir y a encontrarse con el resto de Erasmus. Primera cosa de la que debíamos aprovecharnos. Y así fue, cada miércoles, el lugar propuesto para la "soirée" o, lo que es lo mismo, velada, se convertía en una cita obligatoria para todos. De esta manera, a parte de conocer bares curiosos y divertidos a los que luego poder ir con los amigos, también aprovechaba para "echarme unas cervezas" con la gente.



Siguiente parada: Lyon

Lyon, tras París, es una de las ciudades más grandes de toda Francia. Es, además, un destino que se antoja más apetecible al saber que a tan solo unos cuantos kilómetros podemos conocerla. Además, un segundo punto de ventaja es que, a diferencia de España, Francia está muy bien comunicada entre casi todas sus ciudades, las lineas de tren son abundantes y baratas y, más aun, cuando Lyon y Saint-Étienne, se encuentran en la misma región. El resultado es que por unos 5€, en 45 minutos puedes estar en una ciudad grande y con muchas cosas que hacer. Así que, no tardamos mucho en descubrirla.
La primera visita, fue en toda regla, una visita nocturna. Nos pusimos de acuerdo entre unos cuantos, e hicimos lo que se llama un auténtico plan de estudiante: cena de McDonald, tren, botellón, marcha y viaje en el primer tren de vuelta a casa.



De las primeras impresiones de Lyon podría decir que es totalmente diferente a Saint-Étienne. Una ciudad realmente grande, surcada por un río, con metro, muchos puentes grandes y bonitos... En definitiva, otra estampa mucho más viva, aunque eso sí: todo es más caro. Sobre los bares nocturnos no puedo decir mucha cosa. Pecamos de "novatos" y no conocíamos ningún sitio donde ir. Terminamos mal indicados, en un garito GAY y con música no del todo buena, pero no obstante lo pasamos muy bien, conocimos gente y nos reímos bastante. En este caso, y no como en las películas, esperamos que la segunda parte sea mejor.


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